El
mensaje de los instintos
Los
instintos no son un poder paranormal ni existen únicamente en el reino animal.
Es cierto que no disponemos de pautas de comportamiento complejas y
hereditarias, como muchos animales, pero tenemos ciertas inclinaciones innatas
hacia determinadas conductas. Estas se activan ante estímulos específicos, sin
que pensemos demasiado en cómo debemos reaccionar, y tienen un carácter
fundamentalmente adaptativo.
Sin embargo, después de siglos de civilización, hemos echado
nuestros instintos a un lado y acallamos nuestra intuición. Hemos apostado por
la razón, intentamos ocultar los sentimientos y hacemos oídos sordos a la
llamada de los instintos porque consideramos que no están a "nuestra
altura".
Comenzar
a poner atención a estos mensajes es simplemente escuchar lo que tu cuerpo o la
parte más emocional de tu cerebro tiene que decir.
Tres
instintos que nunca debes ignorar.
1.- La sensación
de peligro.
Esa
punzada de angustia, esa sensación en el estomago, que te hace sentir
inquieto(a), es probable que alguna vez la hayas experimentado, y te preguntes
si es real o estas exagerando, esa que te hace salir corriendo. Sin embargo,
cuando percibes que estas en peligro, es mejor actuar. Lo mismo vale para los
problemas de salud, en ocasiones en las que sentimos que algo no anda bien pero
no podemos precisar de qué se trata.
Por
supuesto, no se trata de caer en la hipocondría o paranoia si no de escuchar un
poco más las señales que envía nuestro cuerpo. Recuerda
que nuestro inconsciente capta más información de la que podemos procesar de
manera consciente por lo que a veces, la percepción del peligro proviene de
este y deberíamos prestarle atención.
2.- La primera impresión.
Este
proceso es muy básico pero nos resulta útil para guiarnos cuando no conocemos
prácticamente nada de la otra persona, lo cual significa que también podría ser
peligrosa. Es un mecanismo a través del cual
atribuimos rasgos estables de personalidad basándonos en pequeños elementos,
casi siempre pistas visuales, como el rostro de una persona, la ropa que lleva
o la forma de moverse.
Obvio mientras que la primera impresión no se convierta en un
estereotipo, a veces es conveniente dejarse llevar por este mecanismo de
señalización que nos puede llevar a acercarnos a una persona o a alejarnos, si
consideramos que puede representar una amenaza para nuestra integridad física o
psicológica.
3.- Decisión
correcta.
Todos los
días tomamos decisiones, algunas nos llevan apenas unos segundos, otras son más
importantes y nos ponen delante de una encrucijada. Para tomar una buena
decisión, sobre todo cuando se trata de una elección que puede cambiar tu vida,
se recomienda que tomes cierta distancia del problema, así podrás valorar las
diferentes opciones desde una perspectiva más objetiva.
Sin
embargo, las emociones no son tus enemigas. De hecho, antes de tomar una
decisión definitiva, es conveniente que explores cómo te sentirías. Deja hablar
esa parte que te dice que estás tomando el camino correcto o que te estás
equivocando. No se trata de que te dejes guiar exclusivamente por tu instinto
pero sí de que lo escuches porque si te sientes incómodo con una decisión, es
probable que no sea buena para ti.
¿Son fiables los instintos y las intuiciones?
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