Nuestros
pensamientos se hunden en nuestra mente y permanecen ahí hasta que tomamos
medidas para deshacernos de ellos. Tener
pensamientos negativos puede llegar a convertirse en un hábito peligroso.
Cuando
comenzamos a tener pensamientos negativos puede que sea tentador sacudir la
cabeza y obligar a esos pensamientos a
salir de ahí, hacer algo para expulsarlos para siempre. Pero esta visión a
menudo resulta contraproducente. Pelear contra esos pensamientos negativos en
realidad puede reforzar ese patrón de pensamientos, empeorando las cosas. Y resulta que cuanto más intentamos no pensar
en algo, más terminamos pensando en ello.
Para
deshacerse de los pensamientos negativos es
necesario intentar una dirección diferente, algo que limpie tu mente de
una vez por todas y aquí están algunas formas de limpiar tu mente de
pensamientos negativos.
1.-
Cambiemos el lenguaje corporal.
Tal
vez te preguntaras que tiene que ver eso con tener pensamientos negativos, pues bien estar encorvado, con una postura cerrada,
ó fruncir el seño, esto te hace propenso a pensar de una manera negativa. Un lenguaje corporal inadecuado puede bajar
tu autoestima y conduce a una falta de
confianza. En este estado emocional, es natural comenzar a tener malos pensamientos.
Para
sentirte seguro debes abrir tu postura y sonreír más. Corrige tu lenguaje
corporal y te sentirás mucho mejor. Podría ser lo justo para borrar esos
pensamientos negativos.
2.-
Hablar sobre el tema.
En ocasiones el
pensamiento negativo aparece porque existen problemas o emociones que necesitas
comunicar. No es bueno guardase las cosas para sí mismo. Si
existe algo que necesitas hablar debes hacerlo. Poner esos pensamientos en
palabras les da forma y los hace visibles, eso te ayudara a poner los problemas
en perspectiva para que puedas ocuparte de ellos de una forma eficaz.
3.-
Intenta vaciar tu mente durante un minuto.
Cuando
tu mente esta a mil por hora, puede ser difícil mantener la calma. De esta
forma es más complicado controlar los pensamientos, en especial los negativos. Un minuto de calma a menudo es suficiente. Una
meditación puede resultar muy útil, y debes pensar en esto como un reinicio.
Una vez que este vacía tu mente, se podrá llenar con algo positivo.
4.-
Cambia el foco de tus pensamientos.
A veces el pensamiento
negativo es el resultado de una mala perspectiva.
Da un vistazo al punto de vista que tomas ante las cosas que suceden a tu
alrededor. Un ejemplo seria “Estoy teniendo problemas y es un difícil momento
por el que atravieso” puedes cambiarlo y pensar: “Esto representa un desafío,
pero estoy trabajando en buscar soluciones”.
Esencialmente,
te estás diciendo lo mismo, salvo que la segunda forma tiene un punto de vista
más positivo. A menudo ese pequeño cambio de foco puede suponer una gran
diferencia en tus patrones de pensamiento.
5.-
Creatividad.
Cuando
esos pensamientos negativos vienen resulta útil encontrar una salida creativa para esos pensamientos. Dibuja,
pinta, escribe las cosas. Explora tus emociones a través de tu creatividad
actúa como auto- terapia y elevara tu estado de ánimo. La creatividad puede
sentirse como una liberación. Cuando encausas tus emociones a través de una
forma de arte o creatividad, estas rompiendo la dinámica habitual a tus
pensamientos y te será más fácil controlarlos y lo principal, entenderlos.
6.-
Pasear.
Ya
que los pensamientos se encuentran en la mente es fácil dar por hecho que es ahí
donde se forman. Pero esto es parcialmente cierto. A veces nuestros
pensamientos son producto de lo que nos rodea. Por ejemplo si estas rodeado de
personas negativas es probable que comiences a pensar negativamente.
Alejarte
de ese ambiente negativo puede ayudarte de una manera considerable. Da un paseo
corto con tu atención puesta en otras cosas como un museo, un parque, esto
puede ser suficiente. El tiempo que pasas lejos de las influencias negativas te
dará un espacio necesario de tranquilidad.
7.-
Realiza una lista de aquello que vale la pena en tu vida.
Con
la rutina diaria puede que logremos olvidar las cosas buenas que nos rodean,
perder el enfoque de las cosas razonablemente buenas que están ahí en nuestras
vidas. Entra en tu mente y vuelve a concentrarte en todo lo bueno que sucede a
tu alrededor.
Enumera
cada una de las cosas por las que debes estar agradecido, no importa lo
pequeñas que parezcan ser. No des nada por sentado en ese aspecto. A veces las
cosas buenas de nuestras vidas están justo en frente de nuestras caras y aún
así no alcanzamos a verlas. Deja de estar
ciego ante todas las cosas positivas que ya tienes.
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